Joven francesa que vivió en el siglo XV, es el modelo de vida para la Rama Guía. Su figura, hoy reconocida por su profunda espiritualidad, encarna muchos de los valores que perseguimos en el guidismo. No traicionó jamás sus principios ni sus valores, los que defendió hasta el momento de su muerte, cuando era una joven de 19 años.
Movida por una fe inquebrantable, Juana de Arco contribuyó de forma decisiva a cambiar el rumbo de la guerra de los cien años, sostenida entre Francia e Inglaterra.
Juana de Arco nació en Domrémy, Barrois, Francia, hacia 1412. Hija de un modesto campesino, se distinguió desde su niñez por su carácter piadoso y devoto.
Declaró sentir el llamado de Dios, quien le pedía ser buena y cumplir sus deberes cristianos, y posteriormente, le ordenó liberar la ciudad de Orleáns del asedio inglés.
Por aquel entonces, el delfín Carlos, heredero del monarca francés Carlos VI, y Enrique VI de Inglaterra, cuyos ejércitos se habían apoderado de casi todo el norte de Francia, se disputaban la corona del país. El hecho de que cinco años después de la muerte de Carlos VI siguiera sin ser coronado en Reims (lugar donde tradicionalmente se producía la investidura de los reyes franceses) agravó considerablemente la situación.
En 1428, Juana solicitó autorización para unirse al delfín y conducirlo a Reims. Una vez informado por Juana del carácter de la misión, Carlos autorizó su marcha a Orleáns al mando de cinco mil hombres. Gracias a las victorias obtenidas por Juana, Carlos pudo ser coronado rey el 17 de julio de 1429.
Posteriormente, durante el sitio de Compiègne, Juana fue capturada por los borgoñones en 1430, vendida a los ingleses y trasladada a Ruán para comparecer ante un tribunal.
El propósito del juicio consistía en demostrar que el llamado que Juana afirmaba sentir no era de origen divino, lo que desprestigiaría considerablemente al recién coronado Carlos VII al presentarlo como seguidor de una bruja.
El proceso duró más de tres meses y la acusada fue sometida a numerosos interrogatorios, en los cuales se defendió con una fortaleza excepcional.
Fue amenazada entonces con la tortura si se negaba a decir la verdad, pero la energía y la serenidad que demostró convencieron a sus enemigos de que tal medida resultaría inútil. Por último, le fue comunicado que si no se retractaba de sus afirmaciones, sería entregada a las autoridades civiles para su ejecución.
Al leerse la sentencia, Juana accedió a firmar un documento de abjuración, que cambiaba la sentencia de muerte por la de cadena perpetua. Días después, se arrepintió y ratificó su anterior postura.
El 30 de mayo de 1431, Juana de Arco fue quemada en la hoguera en la plaza de Ruán, por los cargos de herejía y hechicería. Años después, Carlos VII pretendió rehabilitar su memoria abriendo una revisión del proceso. La Iglesia Católica la canonizó en 1920. (Enciclopedia Hispánica)
Sus valores
En su corta vida, Juana nos entrega valiosas enseñanzas:
- El enorme grado de espiritualidad que presenta. Fue siempre la fe lo que la mantuvo en pie para seguir adelante y no flaquear ni siquiera en el momento de su muerte.
- Es un agente de cambio: lucha por mejorar las cosas aunque la empresa se vea difícil. No quedó indiferente frente a la dominación extranjera y su actuar cambia el rumbo de la guerra de los cien años, logrando desmitificar a los ingleses frente a los franceses, que los creían invencibles.
- Se convierte en una gran luchadora para liberar a quienes están oprimidos o son víctimas de una injusticia. Es el caso de la ciudad de Orleáns, que se encontraba bajo el asedio de los ingleses y también cuando lucha por hacer justicia por el rey de su país.
- Posee una gran fuerza interior, que le permite enfrentar las dificultades con mucho optimismo y nos enseña que no hay nada inalcanzable. Esta fuerza la conforta en el momento de dejar su familia a muy corta edad para cumplir su misión; y la acompaña siempre, pero muy especialmente cuando es capturada, vendida y juzgada por sus enemigos.
- Es persistente en sus creencias e ideales, aunque los obstáculos le impidan avanzar. Por eso, a pesar de ser rechazada por quienes rodeaban al delfín Carlos, ella insiste una y otra vez hasta que logra ser escuchada y proseguir con su misión.
- Se convierte en la líder que su pueblo necesitaba. Afrontando una serie de duras pruebas, guió a un gran ejército en diferentes batallas, lo que la hizo ganarse el respeto no solo de los militares, sino también de los civiles, que la reconocían como una mujer fuerte, justa y valiente.
- Es consecuente con sus ideales y su fe, sin importar los problemas o sufrimientos que intenten desviarla de su camino.
- Es extremadamente valiente, y combate sin miedo a las heridas y a la muerte, mientras sea por seguir un ideal. Prueba de ello es toda su historia.
La Rama Guía conmemora el día en que dio su mayor muestra de valentía y de entereza, es decir, el 30 de mayo, fecha de su muerte.
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